martes, 19 de mayo de 2009

ELLA CANTABA BOLEROS

Bajo este título Guillermo Cabrera Infante recupera y desarrolla dos historias aparecidas en dos de sus grandes libros, hoy ya clásicos: Tres tristes tigres (1964) y La Habana para un infante difunto (1979).

El volumen comienza con ''La amazona'' , una historia de amor intelectual y sobre todo carnal, ya que "el sexo es un ejercicio mental que se ejecuta con el cuerpo" .

El relato que da nombre al libro ,'' Ella cantaba boleros'' es una historia de la gente de la farándula y la vida nocturna , de cabarets y de night-clubs . En esta historia como en la anterior, " la noche habanera no sólo es el fin y el principio, sino el medio ". La Estrella es la protagonista , "una mulata enorme , gorda gorda , dos brazos como muslos y muslos que parecían dos troncos sosteniendo el tanque de agua que era su cuerpo ". Su muerte se nos anuncia en la primera frase.

La mulata enorme es La Freddy : Fredesvinda García Valdés que llegó a ser una popular artista cubana de finales de la década de los 50. Su prematura muerte y su voz desgarradora y única hicieron de ella un mito.

" Y sin música, quiero decir sin orquesta, sin acompañante, comenzó a cantar una canción desconocida, nueva, que salía de su pecho, de sus dos enormes tetas, de su barriga de barril, de aquel cuerpo monstruoso, y apenas me dejó acordarme del cuento de la ballena que cantó en la ópera, porque ponía algo más que el falso, azucarado, sentimental fingido sentimiento de la canción, nada de la bobería amelcochada, del sentimiento comercialmente fabricado del feeling, sino verdadero sentimiento y su voz salía suave, pastosa, líquida, con aceite ahora, una voz coloidal que fluía de todo su cuerpo como el plasma de su voz y de pronto me estremecí.''

GUILLERMO CABRERA INFANTE

sábado, 2 de mayo de 2009

Año 1615 - Pañuelos descartables de papel de seda china en Japón .





.......'' Et quand les mouchoirs en papier n'existaient pas, dans le passé, les Japonais se mouchaient déjà dans des pièces de papier léger (et non de tissu) fabriqué à partir de la soie, dits washi, eux aussi « jetables » (mais réservés aux gens aisés), comme il est rapporté en octobre 1615 dans les Relations de Mme de St Troppez à propos des premiers Japonais entrés en contact avec le sol français (à l'époque du commerce Namban : « Ilz se mouchent dans des mouchoirs de papier de soye de Chine, de la grandeur de la main a peu prez, et ne se servent jamais deux fois d'un mouchoir, de sorte que toutes les fois qu'ilz se mouchoyent, ilz jestoyent leurs papiers par terre et avoyent le plaisir de les voir ramasser a ceux de deca qui les alloyent voir, ou il y avoit grande presse du peuple qui s'entre batoit pour un ramasser principallement de ceux de l'Ambassadeur qui estoyent hystoriez par les bordz, comme les plus riches poulletz des dames de la Cour. Ils en portient quantite dans leur seign, et ils ont apporte provision suffisante pour ce long voyage, qu'ilz sont venus faire du deca....". ». ''

Bibliothèque Inguimbertine, Carpentras. Cité dans : Francis Marcouin et Keiko Omoto, Quand le Japon s'ouvrit au monde, Découvertes Gallimard, Paris, 1990. ISBN 207053118X. Pages 114-116.